Caía y se levantaba, tropezada y soñaba que caía.
Iba y venia pero sus sentimientos se rompían, ya no podía seguir estaba perdida y no quería encontrar un rumbo. Nada tenia sentido, solo podía verse cometer los mismos errores una y mil veces, sus angustias la consumían a tal punto de perder noción de quien era y que hacia.

No tenía sentido seguir acá, caminaba sin ser vista, sentía sin ser sentida.
Quería morir, quería ser solo un alma vagando con tranquilidad las rutas del destino. Pero no podía siempre su culpa era mayor, mayor que ella y que todos. Solo se sentaba a esperar, ver como la muerte se acercaba a ella sin nunca llegar. Desesperaba de solo pensar, que ya no había más.

Se iba a ir y con ella sueños e ilusiones de lo que nunca fue. La iban a extrañar, la iban a llorar pero el tiempo arreglaría todo y como una suave canción de cuna olvidarían todo lo que la componía.

Su rostro temeroso, sus frases de olvido y hasta esa riza que solo pocos pudieron contemplar por miedo a que con ella se vaya la poca energía que tenía.

Hoy lo sabe, lo entiendo y lo espera, si no es ella no es nadie, si no espera desespera y ni no lo intenta no lo logra.
Hoy lo encuentra, sabe respuesta, pero no la puede extresar.
Hoy grita si ser escuchada.
Hoy llora sin ser lamentada, hoy aparece, mañana desaparece.
Y nadie lo va a notar.