20 de junio de 2008

Disfraz ese que llevaba a diario, ese que veía en el cuerpo de todos los que me rodean de una forma u otra todo lo hacia para ver eso que pensaba que era lo mejor, lo que me hacia sentir feliz. No importaba como fuera simplemente que me haga ver distinta a como me sentía, así a diario me calzaba uno distinto para intentar ser eso que nunca fui.
Si sufría al no ser quien era, al no poder hacer que las personas vieran mi verdadera cara, al ocultarme bajo esa careta que me hacia sentir protegida.
Una persona se pone un disfraz para que no lo reconozcan, para no mostrar como es verdaderamente y para tratar de ser el mejor disfrazado de la fiesta.
Así como lo hace la gente lo hacia yo.
Me calzaba mi mejor disfraz y salía a dar un show único, uno que las personas recordaran por siempre.
Que cuando se sentaran a tomar mate con el pasar de los años se acordaran de patricia una persona con una gran sonrisa, la que siempre estaba en todas las fiestas y ayudaba a los demás.
Cuando llegaba a mi habitación y me encontraba tan sola como toda la noche que pasaba entre mis brazos, me sacaba mi mejor disfraz para sentarme a llorar, solo para desahogar todo eso que sentía.
Acomodaba mi traje en el borde de la cama, y lo cuidaba como ninguno, desarmaba la cama y me acomodaba para llorar en esa almohada que me acompaño a lo largo de todo este proceso, así derramaba lágrima tras lágrima, hasta no poder más y dormirme del dolor.
A la mañana siguiente me levantaba con un dolor profundo que se tornaba casi imposible, pero al calzarme aquel disfraz todo eso se hacia invisible, casi ni yo podía percibirlo, tenia un papel perfecto y sabia como actuarlo.
Hasta que un día casi sin querer o presentirlo, se cayo en un balde lleno de lavandina, y ya no hubo vuelta atrás, no había forma de arreglarlo, mi disfraz esta roto y no lo iba a arreglar nunca mas.
Si, en cierta forma extraño en exceso aquel disfraz pero a la vez, cuando pienso en eso que me hacia ser se forma una sonrisa en mi, y hoy pienso que es mejor no tenerlo a mi lado acompañándome
Todos tenemos un disfraz el que nos acompaña día a día tratando de que no nos veamos así como somos yo logre que el desapareciera sin quererlo, no se si fue mejor o peor, no se si es correcto deshacerme de el o no, pero supongo que nunca voy a estar en condición de saberlo.
No puedo decir que hoy deje de llorar, no puedo decir que aquella almohada no absorbe mas lagrimas como lo hacia antes, porque estaría mintiendo.
Pero me libere, me libere de eso que no era, de ese hermoso disfraz que hacia tan feliz a todos incluso y por momentos a mi misma.
Hoy aprendí que el tiempo no vuelve atrás, no se si quiera volverlo, no se que es lo que hoy quiero, no se que es lo que hoy necesito, pero de algo estoy segura, esto no es.
En el camino perdí demasiadas cosas, diría que llegue a perder todo y no tengo forma de remontar vuelo, voy a tratar de buscar, vivo buscando eso que me haga ser quien quiero ser.
A pesar de no saber que es, no tengo cara, no tengo cuerpo, no tengo nada que me asegure que hoy estoy acá, los sentimientos se extinguieron como la débil llama que eran, mi corazón se pudrió de sufrir, mis huesos se debilitaron de pegarme contra aquella pared que nunca logre derrumbar.
Hoy no hay autopistas ni rutas que me lleven a ningún lado y aunque lo se, no me afecta o eso pretendo creer.
No soy mas que un alma que camina sola por algún lado que ya no sabe cual es, no puedo reconocer el paisaje y todo se volvió sombra, de una forma u otra es así, lo crea o no lo crea esto es, esto pasa y así es mi vida me guste o no.
Tal vez eso es lo que me llevo a tratar de no tenerla más. Perder la vida, no se cuando la gane pero juro que si pudiera la devolvería porque no me interesa tenerla ni un minuto mas, es un gran premio fallido.

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